Buen día Clandestina

Esta noche el riso negro va cambiar.
Yo pensó en demasiadas
Cosas que
paréceme imposible
tragar.

Los cigarrillos
Los vinos encarnados
de sudor
y asco.

Yo procuro
y procuro
pero, ¿qué encuentro?

La mala suerte bendita
por estas manos mendigas.

Ya es hora
de acordarme
y robar el sosegó
de los justos y sanos.